Cada vez que nos llama alguien, especialmente mujeres, que son las más vulnerables frente al cuaternario, despreciable y criminal machismo, acompañado de violencia psicológica y física, nuestra primera instrucción es que se ponga el respectivo caso en conocimiento del Consulado de Colombia que corresponda al lugar de residencia de la afectada.
Lee por favor hasta el final y conoce esta triste historia de cómo Colombiana en España implora le devuelvan a su hijo para regresar a Colombia.
Lo más común es que no hagan nada, o cualquier cosa por salir del paso, pues como siempre, argumentan el «No hay dinero» para escabullir responsabilidades, cuando saben bien que el paso a seguir es dar a conocer los hechos al Fondo Especial para las Migraciones y que este se apersone y pueda prestar ayuda económica cuando así se requiera.
El Consulado debe prestar ayuda y protección integral a mujeres en estado de vulnerabilidad y a menores de edad.
Aparte de lo económico, el Consulado está en la obligación de suministrar toda la asesoría que requiera el caso para ayudar a la connacional; eso incluye acompañamiento permanente en las gestiones que deba realizar con relación a lo tratado.
Además, existen directrices de la Cancillería colombiana donde da instrucciones a sus Cónsules y Embajadores sobre las acciones que se deben tomar frente a temas como el maltrato de género (físico y/o psicológico), protección a la mujer en estado de vulnerabilidad, protección a menores de edad, y en general sobre el apersonamiento por parte del Consulado en casos como el que les contaremos aquí.
Ese paso lo dio la protagonista de esta dolorosa historia, donde se involucra a un niño de tan solo nueve (9) años, que bajo artimañas de su padre logró arrebatárselo y ahora no se lo quiere entregar para ella regresar a Colombia.
La historia al completo.
Esta es pues la historia de Juliana Franco Solarte, colombiana, actualmente residente en Asturias (España), se encuentra en una situación de vulnerabilidad emocional, migratoria y económica, que afecta sus derechos como madre y los de su hijo J.C.M.F. de tan solo nueve (9) años de edad, debido a la situación que les contaremos en adelante.
Hasta hace poco más de un (1) año, Juliana, madre soltera, vivía en Colombia trabajando y cuidando de su pequeño hijo, respondiendo por su educación, salud y bienestar emocional, ya que el padre del menor había ubicado su residencia en España desatendiéndose en gran parte de las obligaciones para con su hijo.
Con engaños, madre e hijo fueron llevados a España.
En octubre del 2024, por invitación de Cristhian Camilo Mambuscay Medina, padre de su hijo, esta inocente mujer viajó con el menor a la ciudad de Asturias en el país ibérico, creyendo en la falsa promesa de su expareja, quien le aseguró que podría regresar a Colombia con el niño cuando ella lo deseara.
El padre y su pareja engañan a la madre y le quitan a su hijo.
Al llegar a Asturias, el padre de su hijo, con su actual pareja, desde el primer momento tomaron la decisión de llevarse al niño, argumentando la falta de espacio donde le habían conseguido a ella una habitación, haciéndole firmar un papel que autorizaba que el menor se empadronara en el domicilio del papá.
Días después de estar en Asturias, bajo engaños y promesas, el padre de su hijo junto con su pareja actual, la llevaron a una notaría para que firmara unos documentos; sin embargo, el notario advirtió que ella no comprendía su contenido, que estaba confundida y que era mejor la dejaran tranquila.
Finalmente, solo firmó una autorización temporal para que el niño permaneciera con el padre
mientras se empadronaba y se tramitaba su residencia española.
Con base en esa autorización, el padre gestionó la residencia española del menor, quien actualmente estudia y reside con él, porque manifiesta al unísono con su pareja que, por la situación de migrante y por estar en situación irregular, la madre del menor no tenía un lugar adecuado donde llevarlo.
Además de eso, desde un principio le ocultaron dónde estudiaba el niño, pero como no tenían una persona que lo recogiera en el colegio, ahí si pudieron llamarla y darle las indicaciones donde estaba.
Presionan y acosan a la madre para que firme un «Convenio regulador» en España.
Desde entonces, el padre del niño y su pareja la han venido coaccionado y acosando para que firme un tal “convenio regulador” que les otorgue la custodia del menor, dizque para poder recibir ayudas o beneficios por ser una familia numerosa.
Le han dicho que si se quiere regresar a Colombia que lo haga, pero que debe firmarles ese documento, algo que ella ha rechazado, pues si se va sola, no podrá volver a ver a su hijo hasta que ellos viajen a Colombia o decidan enviarlo, ya que la pareja del padre le dice, que si lo mandan para que la visite será por allá cada dos años.
Actualmente, Juliana solo puedo ver a su hijo una vez por semana, lo que le esta causando a los dos grave afectación emocional y psicológica.
La madre denuncia violencia psicológica y verbal con insultos y descalificaciones.
Nos dice entre lagrimas que «Cuento los días para estar con él y verlo; para mí como madre es muy difícil tener que irme sin mi hijo».
Denuncia la protagonista que ha sido víctima de violencia psicológica y verbal, recibiendo insultos y descalificaciones sobre su rol como madre, tanto del padre de su hijo como
de la pareja sentimental de él.
Por ejemplo, la pareja de ese individuo ha llegado a decirle que,
“Juré que no me iba a meter, y no pretendo hacerlo, pero si no te lo digo reviento. Ese niño vino sin educar, salvaje, ni comer sabía. Apenas sabía escribir y ni las tablas de multiplicar sabía. Ahora está aprendiendo a programar, sabe nadar, estamos intentando que aprenda
a andar en bici, hacemos las tareas con él y está sacando buenas notas”.
Esas declaraciones muestran una forma de descalificación y comparación que menosprecia la labor como madre de Juliana, como si en nuestro país fuéramos personas no civilizadas. Además, desconocen que un niño recién llegado a un país nuevo, con costumbres diferentes y separado de su progenitora, no puede adaptarse de manera inmediata a los cambios, ni se le puede exigir un aprendizaje acelerado o una adaptación rápida a nuevas rutinas. Muy preocupante lo que ese hijo haya tenido que vivir junto a ellos.
Pasando a la incoherencia con su actuar, la actual pareja de Cristhian Camilo Mambuscay le dice a la madre del niño que tenga “cojones” y se quede, que luche por su hijo, que el niño en ese país tiene futuro, que no es lo mismo ser médico en Colombia que en España.
Esa mujer no entiende que Juliana esta sin familia, de manera irregular en un país donde no es el suyo, que no cuenta con apoyo y que ellos se han encargado de atormentarla y culparla de todo.
Cristhian Camilo Mambuscay Medina no es buen padre.
Cristhian Camilo Mambuscay Medina, padre de su hijo, en mensajes por WhatsApp, y que tenemos en nuestro poder, le ha manifestado en repetidas ocasiones que quiere volver con ella, que quiere vuelvan a ser pareja, algo que ella ha rechazado de plano.
Dice Juliana que la propia mujer de Cristhian Camilo le ha manifestado en mensajes que Camilo es un mal padre, pero no le da detalles de su comportamiento para con el niño.
Entre sollozos nos vuelve a decir Juliana que, «Quiero volver a Colombia, donde tengo el apoyo de mi familia, pero no me voy a ir sin mi hijo».
En otra conversación que sostuvo Camila con Noelia, la pareja del padre de su hijo, le dijo “Me desespera que te quieras ir. Perfecto vete y llévatelo, pero no compares tu economía con la nuestra, ni las oportunidades en Colombia con las de España, ni la seguridad. Estamos hablando que tu país es un país subdesarrollado, con un régimen de gobierno que no permite la evolución…»
Nos dice Juliana que «Con eso queda más que en evidencia un acto de violencia económica y psicológica, ya que las palabras de ella lo que buscan es descalificar, humillar y ejercer control sobre mí, generando un ambiente de presión y desigualdad que afectan mi autoestima y autonomía para tomar decisiones sobre mi vida y la de mi hijo».
«Temo perder a mi hijo para siempre».
Y vean como pasa ya la sinverguencería a la maldad, cuando el padre de su hijo le exige a la madre que le pase 200€ mensuales, diciéndole que como trabaja en un lugar de interna, no tiene en quién gastar, que no están en Colombia y que por eso le debe contribuir con esa cantidad. Y ella accede.
Con palabras entrecortadas por el llanto, le entendemos a Juliana cuando dice que «Temo que, si continúo en esta situación, pueda perder completamente el contacto con mi hijo y que se formalice una custodia injusta aprovechando mi condición irregular y mi desconocimiento del sistema legal español».
Una abogada de familia le manifestó que sí o sí debe firmar ese convenio regulador; además, la esposa del padre de su hijo le dice que ya están tramitando eso ante el juez, y la ha amenazado por mensajes diciendo que debo firmar eso “por las buenas o por las malas”. (Esos mensajes reposan en nuestros archivo junto con las demás pruebas de lo que aquí estamos contando).
Juliana considera que la permanencia del niño separado de ella ha afectado gravemente su bienestar emocional y su desarrollo, ya que creció a su lado durante ocho (8) años y su entorno afectivo, familiar y cultural está en Colombia. Reitera que en Colombia tiene el apoyo de sus padres, hermanos y de toda su familia.
Señala Juliana que «Anteriormente me comunicaba con la esposa de mi expareja, quien era la
persona que me informaba todo acerca de mi hijo; pero, a raíz de que le comenté que Camilo me estaba pretendiendo, se molestó mucho, hasta el punto de bloquearme. Desde entonces ya no tenía información del niño, porque preguntarle al papá es inútil: no sabe nada de las cosas del niño».
«Quien realmente se encarga de mi hijo es la madrastra, según lo que ella misma ha manifestado, y que Camilo es mal padre, que no está nunca pendiente», afirma la madre del menor.
El padre del menor no autoriza la salida del niño de España hacia Colombia.
Juliana he manifestado reiteradamente su intención de regresar a Colombia junto con su hijo, pero no ha podido concretar dicho retorno debido a que el padre del menor se niega a otorgar su consentimiento o firmar la autorización necesaria para su salida del país.
A esta mujer, dicha situación le ha generado un grave perjuicio emocional y psicológico, encontrándose en un estado de angustia constante, con afectaciones a su salud física y
mental, y con serias dificultades para conciliar el sueño ante la posibilidad de verse obligada a regresar sin su hijo. Asimismo, al tener el niño conocimiento de todo lo que está ocurriendo, le ha repercutido negativamente en su bienestar emocional y en su rendimiento escolar.
Conocimos que el padre del menor ha incurrido en conductas de manipulación emocional,
manifestándole al niño que, si viaja o se va con su madre, no volverá a ver a sus hermanos, generándole así sentimientos de miedo, culpa y confusión. Esa influencia indebida afecta sin dudas su estabilidad emocional y lo coloca en una posición de conflicto leal entre sus progenitores.
Cabe destacar que, para el menor, el viaje sería plenamente viable, ya que cuenta con la
residencia otorgada por su padre, pero con el inconveniente de que él no le quiere dar el permiso para salir del país. Para la madre resulta sumamente difícil permanecer en España debido a su condición migratoria.
Esta diferencia de circunstancias agrava aún más la situación, pues el padre utiliza su posición y los lazos familiares del menor como medio de control y obstaculización, vulnerando tanto los derechos de la madre como los de su hijo a mantener una relación sana, libre de coacción y en un entorno emocionalmente seguro, ya que es muy difícil deshacer los lazos maternales
construidos en ocho años que vivieron madre e hijo juntos.
Tanto la madre como su hijo tienen afecciones psicológicas debido a la situación.
Nos cuenta esta sufrida madre que «El padre me culpa de que, cuando el niño está conmigo, baja en su rendimiento académico; sin embargo, el niño se ve afectado por toda esta situación, y el padre no permite que reciba la ayuda psicológica que mi hijo necesita.
Al querer buscar respuestas en el colegio de porque mi niño ha bajado en el rendimiento me acerque, y me manifestaron que había un correo y un usuario donde se programan las tutorías al cual no tengo acceso, ya que el padre de mi hijo y su pareja fueron las personas que lo matricularon, porque en un comienzo ellos tomaban las decisiones ya que como yo soy irregular en este país, al preguntar por dicho usuario el papá me respondió que eso lo manejaba su pareja y empezó a culparme nuevamente de todo».
Resalta Juliana que «mi hijo está siendo afectado emocionalmente por la situación actual. He solicitado en varias ocasiones que reciba apoyo psicológico profesional, debido a la ansiedad, tristeza y confusión que manifiesta ante la separación y los conflictos. Sin embargo, el padre se opone de manera reiterada a no autorizar este acompañamiento, afirmando que no lo considera necesario y desestimando los signos evidentes de malestar emocional que presenta el niño.
Esta negativa vulnera su derecho fundamental a la salud y al bienestar integral, reconocido tanto en la legislación española como en los tratados internacionales de protección a la infancia».
Nos comenta igualmente que «Tengo entendido que el papá del niño y su actual pareja estarían recibiendo ayudas y beneficios por su condición de familia numerosa en España. Considero que esta podría ser una de las razones por las que desean quedarse con mi hijo, más allá de su bienestar real, ya que dichas ayudas disminuyen los gastos del hogar. Sin embargo, continúan exigiéndome a pesar de que me encuentro en una situación migratoria vulnerable la entrega total de los 200 euros, ejerciendo presión económica sin justificación real».
Normas legales amparando a la mujer y a menores de edad.
La normativa legal en que debe fijarse la Cancillería a través del Consulado de Colombia en Bilbao, es, entre otras:
- Convención de Viena sobre Relaciones Consulares (1963), artículos 5 y 36.
- Convención sobre los Derechos del Niño (1989), artículos 9 y 10, sobre el derecho del menor a no ser separado de su madre.
- Ley 1098 de 2006 Código de Infancia y Adolescencia de Colombia, artículos 7, 8 ,10, 47 y 82 interés superior del menor y protección consular.
- Principio de unidad familiar y protección consular para nacionales en el exterior Decreto 1067 de 2015, Cancillería de Colombia.
- La Convención sobre los Derechos del Niño de la «Organización de Naciones Unidas -ONU-, ratificada por Colombia y España, establece en su artículo 9, que el niño no debe ser separado de su madre salvo que sea estrictamente necesario y en su interés superior. Artículo 10 Se debe facilitar la reunificación familiar. Artículo 12 y 19: Protección frente a toda forma de violencia, abuso o manipulación psicológica.
La madre acude al gobierno colombiano a través del Consulado y otras entidades.
Dentro de la asesoría que hemos podido brindar a Juliana Franco Solarte, aparte de acudir a nuestro Consulado en la ciudad de Bilbao – España, es acercarse al Ayuntamiento (Alcaldía) del lugar de residencia, lo cual hizo, pero allí la remitieron a una Organización de Ayuda a Mujeres, donde le sugirieron lo mismo que nosotros, y es que solicitara un abogado de oficio para que se hiciera cargo del caso.
Bajo el asunto «Solicitud urgente de acompañamiento consular para regresar a Colombia
junto con mi hijo quien es menor de edad», y aportando todas las pruebas señaladas en esta publicación, Juliana dirigió hace un par de días un Derecho de petición al Consulado de Colombia en Bilbao (España), con copia a la Cancillería colombiana; la Defensoría del pueblo; el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar «ICBF», y la Organización de Derechos Humanos de la «ONU».
¿Qué pide Juliana Franco Solarte al gobierno colombiano?
1. Que se me brinde acompañamiento consular urgente para gestionar mi retorno voluntario a Colombia junto con mi hijo menor, garantizando el respeto a nuestros derechos y el vínculo entre madre e hijo.
2. Que se nos brinde apoyo psicológico para mi hijo y para mí.
3. Que se interceda ante las autoridades españolas competentes Servicios Sociales, Juzgado de Familia o Policía, a fin de coordinar un retorno humanitario y seguro que preserve el vínculo entre madre e hijo.
4. Que se me brinde orientación jurídica consular o contacto con abogados de oficio especializados en derecho de familia internacional y repatriación de menores, sin que me obliguen a perder mis derechos como madre y tampoco a dejar mi hijo en este país con su padre y con su pareja actual.
5. Que se evalúe mi situación de vulnerabilidad migratoria, y se comunique a la Dirección de Asuntos Migratorios, Consulares y Servicio al Ciudadano del Ministerio de Relaciones Exteriores en Colombia, para activar apoyo o acompañamiento humanitario.
6. Que se me garantice protección consular frente a las amenazas y presiones recibidas por parte del padre del menor y su pareja, cuando me dicen en los audios que a las buenas o las malas tengo que firmarles el documento para darle la custodia al padre.
7. Solicito que este derecho de petición sea tramitado de manera prioritaria, teniendo en cuenta que al pasar el tiempo las cosas se complican más, en mi salud generándome ansiedad al no poder regresar con mi hijo a mi país, que se proteja el vínculo de crianza que me une a mi hijo y el riesgo de vulneración de derechos en caso continuar con la separación actual.
8. Que se me permita viajar lo más pronto posible con mi hijo, ya que me encuentro sola en este país sin apoyo familiar.
Habiendo puesto ya en conocimiento este caso ante la Embajada de Colombia en España, desde COLEXRET seguiremos pendientes de la situación de la madre y su hijo, esperando que las respectivas autoridades y/o entidades colombianas evolucionen como debe ser, y presten toda la ayuda necesaria a Juliana Franco Solarte para que pueda regresar con su hijo a Colombia.


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