Para quienes crecimos en Latinoamérica, hemos sido testigos de una sociedad que durante siglos ha sido dominada por una visión masculina. A pesar de ello, el imaginario hispano ha aprendido, gradualmente, a entender y a darle relevancia al rol de las mujeres en la sociedad nacional. Pero adicional a generar conciencia acerca de esta realidad, los latinos también hemos luchado en contra de innumerables estereotipos que han sido expuestos en una industria masiva de comunicaciones, en los medios, en el cine y en el teatro, los cuales solo han contribuido a dar percepciones distorsionadas de nuestras culturas y a “mostrar” un reflejo errado del contexto en el que vivimos.
A pesar de ello, es importante resaltar las iniciativas y avances que hemos tenido con relación al rol de las mujeres hispanas en la sociedad por medio de audiovisuales. DOC NYC, el festival de cine documental más grande de Estados Unidos, seleccionó el cortometraje “De Colores”, una historia dirigida por la venezolana Luz Marina Zamora, como parte de su muestra el próximo 10 de noviembre en Nueva York.
El corto contribuye a romper con el estereotipo de la comunidad latina en Estados Unidos, centrando la narrativa en el rol emprendedor y en la contribución de mujeres hispanas a ese país. El mensaje, a través de los ojos de Aura Taibel, una colombiana verraca y empoderada, trasciende a un ejemplo de emprendimiento y a un llamado a soñar en grande, a no autolimitarse y a tener el valor de ser uno mismo ya que, al final del día, los líderes nacen, pero también se hacen.
Aura cambia su propio destino a fuerza de trabajo y tesón, y que luego de más de 30 años limpiando casas ajenas, se vuelve inversionista de bienes raíces. El Compromiso de Aura con su propio desarrollo como ser humano, su profunda conciencia sobre la libertad y su tenacidad en la consecución de autonomía, la llevan a emigrar de su país, y le permiten alcanzar su pleno potencial como mujer creativa, emprendedora e independiente. Para Aura, el trabajo doméstico es motivo de orgullo, se ve a sí misma como una pintora creativa, técnica, experimentada, y además empática, una artista que con detalle “pinta” lo que entiende sus contratantes desearían ver en sus hogares.
El documental invita a mirar de cerca, de manera transparente y directa, la experiencia cotidiana y laboral de Aura en Nueva York. Y esta misma mirada íntima se corresponde de manera perfecta con la utilización de un iPhone como cámara, la cineasta siendo simplemente espejo de su sujeto. En efecto, Luz retrata de manera próxima y cálida las distintas dimensiones vitales de la protagonista.
Luz es una creativa terriblemente talentosa con quien tengo una cercanía particular, no solo porque somos latinos y compartimos experiencias similares, sino porque la conocí durante la producción de este proyecto, además de ser testigo de su visión y de su pasión por contar la historia de Aura. Su idea estuvo concentrada en hacer un retrato de la sociedad americana, en especial en Manhattan, a través de los ojos de una inmigrante y dignificar su trabajo, el cual también ha contribuido al desarrollo del país. Para ella, hacer un documental es saltar al vacío, ya que uno siempre espera que se abra en algún punto sin necesariamente tener certeza de ello. La incertidumbre es el mayor combustible en un documental, en donde muchas veces prima la incertidumbre. Sin embargo, algo sí es seguro en esta historia: alcanzando sus últimos segundos en pantalla, este documental nos muestra que la travesía de Aura, apenas está comenzando. Sólo el devenir, el plan de Aura, la mirada de Luz, definirá la duración de esta película de aprendizaje y superación.
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