Los colombianos fuera del país sufrimos una sensación que se repite: la nostalgia…por estar lejos de los aromas y sabores conocidos, y de todo el entorno familiar, social y profesional. Pero lo más triste es que también se siente un abandono por parte del Estado, para el que parece que fuéramos “colombianos invisibles”. Trámites que nadie explica, citas que no se logran, consulados que responden tarde, derechos que se niegan porque “no hay recursos”.
El colombiano que convirtió la migración en una causa mundial.
Y se siente tristeza porque el más grande aporte de la diáspora: las remesas, las sumas de dinero que se envían con tanto esfuerzo y sudor, ni siquiera se reconoce en los estamentos oficiales.
El monto de USD 11.848 millones en el 2024 fue un récord histórico. Según el Banco de la República estas remesas ya equivalen a más del 2–3% del PIB colombiano, y en 2025 han llegado incluso a igualar o superar el valor de las exportaciones petroleras, lo que evidencia que los emigrantes somos el mayor pilar de la economía colombiana.
Si usted es un colombiano en el exterior, tarde o temprano pasará por alguna situación, y al investigar terminará llegando a un nombre y a una plataforma: Ricardo Marín Rodríguez, y COLEXRET que se ha convertido en su apellido adicional.
Para este colombiano residente en Madrid la migración no es solo una cifra ignorada por el Estado: es una causa de vida. Sus miles de lectores lo siguen y apoyan, porque reconocen su incansable dedicación para solucionar los vacíos del sistema.
Su inquebrantable disciplina trasciende fronteras y hay un consenso entre sus conocedores, amigos, detractores y hasta en la Cancillería y otras entidades: nadie puede negar que su activismo ha logrado más por los colombianos en el exterior que todos los representantes que hemos elegido hasta ahora por la Diáspora a la Cámara e Representantes de Colombia, a pesar de que ellos sí han recibido salarios y beneficios para ejercer una función pública.
Ricardo podría haber hecho lo que hacen tantos: centrarse en su trabajo, su familia, y seguir adelante. En cambio, hace más de una década decidió dedicar su tiempo a expresar las necesidades, carencias y abandonos a los migrantes colombianos.
COLEXRET – Colombianos en el exterior y retornados, plataforma que hoy es referencia para miles de compatriotas repartidos por el mundo, se ha transformado en una tribuna ciudadana.
Ricardo explica paso a paso temas que nos afectan, analiza leyes y señala con nombre propio los vacíos en la llamada “gestión migratoria”. Tampoco se queda en la queja: contrasta cifras, lee normas, pide documentos oficiales, interpone recursos, derechos de petición y tutelas, al igual que permanentemente presenta propuestas.
En plena época de pandemia nos encontramos en Colombia, y por supuesto no tardamos en pasar a documentar nuestras experiencias migratorias en Estados Unidos y en Europa; así tuve el privilegio de ser coautora del libro: “Gestión migratoria inexistente”.
En esta obra, parte de la colección “Colombianos Invisibles”, se recogen las aspiraciones y logros de los colombianos en el exterior, el importante impulso que dan a la economía del país con las remesas, se analizan las leyes existentes y su falta de aplicación, y, sobre todo, se plasmaron propuestas y reformas que podrían generar las herramientas necesarias para responder a tantas problemáticas que hoy siguen sin solución.
Yo volví a Nueva York a seguir en mi misión de colaborar con la publicación de otros libros, y Ricardo a Europa a seguir trabajando en la causa. Y su insistencia ya ha dado resultados contundentes.
Entre los logros más visibles del trabajo de Ricardo está el haber impulsado, junto con otros líderes y organizaciones, la propuesta de eliminar el Impuesto de Timbre Nacional que encarecía más del 40% el costo de los trámites en consulados y embajadas, incluyendo el pasaporte.
Gracias a la insistencia de Ricardo, esa propuesta fue recogida en programas de gobierno de la campaña presidencial anterior y terminó convertida en realidad con la expedición de la Ley 2152 de 2021, que eliminó dicho impuesto para los colombianos en el exterior, aliviando directamente el bolsillo de millones de personas.
Otra de sus grandes banderas ha sido apoyar la creación del Viceministerio de las Migraciones, que viene defendiendo desde hace años en columnas, derechos de petición e intervenciones públicas, y que finalmente se concreta con el Decreto 1081 del 15 de octubre de 2025, mediante el cual se crea este Viceministerio en la estructura del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Para Ricardo y COLEXRET, ver esa figura hecha realidad después de más de una década de insistencia es la prueba de que la presión ciudadana informada puede visibilizarnos, al punto de sacudir estructuras que parecían inamovibles.
Y él sigue repitiendo: “Hay que insistir, persistir, resistir y nunca desistir”.
Y por eso tenemos que impulsar, denunciar y defender con firmeza: “No somos colombianos de segunda categoría.”
La diáspora es una parte esencial del país, que aporta remesas, conocimiento, redes y experiencias con un impacto global, aunque no aparezca en los discursos oficiales. Y desde siempre, Ricardo ha abogado para generar una Ley general migratoria colombiana.
Quienes siguen sus publicaciones e intervenciones encuentran en el creador de COLEXRET a un hombre directo, crítico, que muchos que son aludidos y estaban acostumbrados a recibir sólo aplausos, interpretan como ofensivo. Pero él también está abierto al diálogo y al consenso. Él mismo se describe así: “Nací, crecí y moriré peleando… pero siempre con espíritu negociador y conciliador.”
La fórmula se nota cuando denuncia irregularidades con contundencia, pero también cuando se sienta a proponer soluciones y no solo a señalar problemas.
Desde su base en Madrid, Ricardo tiene un objetivo claro: que el Estado colombiano deje de mirar la migración solo como número y empiece a verla como lo que él ve todos los días en su bandeja de entrada: historias, nombres, sueños, trámites, citas, duelos, retornos. Mientras eso ocurre, su tarea es seguir informando, acompañando y recordando que, estemos donde estemos, Colombia también se integra por quienes tuvimos que cruzar la frontera. Y al cambiar de territorio por las razones que sean, no hemos renunciado a nuestros derechos ni a nuestra voz.
Por eso, cuando muchos reducen la migración a estadísticas y remesas, Ricardo Marín Rodríguez elige otro camino: convertirla en causa, en compromiso y en bandera, a escala mundial. Y, fiel a sus propias palabras, seguirá haciéndolo con una consigna clara: insistir, persistir, resistir…y nunca desistir.
Por:
Lucy Torres
Ciudadana Colombo-americana,
abogada, Autora y coach en publicaciones.
Experiencia internacional y varios libros publicados,
Impulsadora de líderes a proyectar su voz con impacto y visión de legado.
librosymarcapersonal@gmail.com


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