En cada oportunidad y lugar en que puedo expresar mi enorme orgullo por haber nacido en Colombia, lo hago con profunda satisfacción. Podría escribir libros enteros para expresar los motivos de ese orgullo. Pero, como es lógico y natural, también existen aspectos negativos que es necesario comentar y que podrían variar si existiese voluntad ciudadana y de gobierno para mejorar anomalías.
Me explico a continuación en esta columna escrita inicialmente para “COLEXRET”, el mayor medio de comunicación de los colombianos en el exterior, y replicada en mi tradicional columna semanal en “EJE 21”, la mayor revista informativa del llamado “eje cafetero”.
Mi compatriota Ricardo Marín Rodríguez, residente en España y director de COLEXRET, es, de mis paisanos residentes en el exterior, quien con mayor énfasis ha empuñado la bandera de defensa de intereses y solución a necesidades de quienes vivimos en la diáspora. Aclaro que no es un hombre rico, y he comprobado que no persigue intereses personales; lo hace con pasión, con pruebas y argumentos válidos.
(Del mismo columnista: “Manual de Retorno para Colombianos desde el Exterior.”)
Recientemente Ricardo hizo una de sus denuncias ante la Cancillería, acerca de aparentes abusos de autoridad de la cónsul general de Colombia en Valencia, España, por la manera como se exige (o se exigía) a los usuarios del consulado que se registren en el mismo o, de lo contrario, no serán atendidos. Y también, como se niegan (o se negaban) citas a quienes no residen en la circunscripción geográfica de ese consulado, exigiéndoles que vayan a los consulados que les corresponde según su lugar de residencia. Ambas cosas, indudablemente, constituyen abusos de autoridad. (Ver aquí).
Para escribir este artículo y comprobar que Ricardo tiene razón, ingreso a la página web del consulado colombiano en Valencia y me doy cuenta que, aparentemente, tras las denuncias de Marín Rodríguez, se han hecho algunas correcciones sobre estos asuntos lo cual dejaría sin fundamento su denuncia. Ricardo tuvo la gran precaución de grabar fotografías que envió como pruebas a la Cancillería. Es decir, nadie puede decir que está basado en mentiras ni es una “mera acusación sin soporte”, como le respondió desde la Cancillería el señor Jack Smith May, Coordinador (E) del Grupo de Apoyo Jurídico del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Smith May escribió también en su respuesta estas joyas:
- “Respecto de la petición de la referencia, esta cartera Ministerial, informa que mediante memorando I-DIMCS-GAMJR-23-010584 del 8 de septiembre de 2023, se puso en conocimiento de la Oficina de Control Disciplinario Interno del Ministerio de Relaciones Exteriores las presuntas denuncias por usted formuladas, para que esa dependencia adelante las acciones que considere pertinentes.”
Aparentemente el experto jurídico de nuestra Cancillería ignora que las denuncias son eso, denuncias, no son “presuntas denuncias” como él las llama. ¿Se imagina usted, lector, si a un juez se le ocurriera llamar -presunta- a la acusación formal o denuncia directa que hace un fiscal o un abogado?
- “Por lo anterior, y en el marco de una investigación justa, correcta, transparente y seria, que se conduzca sobre las bases del debido proceso, y no sobre meras acusaciones sin soporte, se adelantarán las investigaciones que considere esa oficina procedan.”
Esta segunda perla del señor Smith May es como para echarse a reír, o quizás a llorar, o a lamentarse. Me pregunto ¿Qué tan -justa, correcta, transparente y seria- puede ser una investigación con resultado ya prejuzgado por parte del Coordinador del Grupo de Apoyo Jurídico cuando habla de -meras acusaciones sin soporte-?
Y me pregunto ¿Qué querrá dar a entender el señor Smith May cuando dice que –se adelantarán las investigaciones que considere esa oficina procedan-?
(Le puede interesar: “Vivamos mejor.”)
Cuando abro la página web de la Cancillería encuentro amplia información bajo la sección “Transparencia” y lo primero que dice es: “En cumplimiento de la Ley 1712 del 6 de marzo de 2014 el Ministerio de Relaciones Exteriores pone a disposición de la ciudadanía y grupos de interés la siguiente información con el ánimo de garantizar el derecho de acceso a la información pública y los procedimientos para el ejercicio del mismo”.
Me encantaría que alguien en nuestra Cancillería diera respuesta pública a estos interrogantes públicos:
- ¿Cuáles son los criterios específicos y el procedimiento que se tienen en cuenta para nombrar a los cónsules?
- ¿Cuáles son los pasos concretos y respuestas que se dan en la Cancillería cuando un ciudadano presenta una queja contra un funcionario que depende de esa entidad?
- ¿Cuáles son las calificaciones que se tuvieron en cuenta para nombrar a la actual Cónsul General de Colombia en Valencia, España, Gillian Maghmud Galindo? Su hoja de vida, publicada en la página web del consulado se resume a menos de cinco (5) renglones, tan solo dice que es periodista con un Master en La Sorbona. Es una “periodista” entregada a los intereses de un grupo político. No sé si esto sea suficiente para ocupar tan importante posición. Según el decreto No. 2283 del 22 de noviembre del 2022, Maghmud Galindo fue designada “en provisionalidad” para el cargo de Ministro Consejero, código 1014, grado 13, con funciones consulares. Esta joven se presentó desde Francia como la “coordinadora electoral en el exterior de la campaña de Gustavo Petro”. Trabajó duro para que le pagaran, nada más ni nada menos, que con un importante Consulado.
- ¿Es necesario un título de abogado de una universidad colombiana para ocupar el cargo de Coordinador del Grupo de Apoyo Jurídico del Ministerio de Relaciones Exteriores?
- ¿Es el señor Jack Smith May abogado colombiano, nacido en Colombia?
Debo aclarar que no conozco y no tengo nada personal en contra de la señora o señorita Cónsul en Valencia, Gillian Maghmud Galindo. Por el contrario, si acaso ha aceptado, reconocido y enmendado sus errores, merece respeto y reconocimiento por ello. Pero la denuncia de Ricardo Marín nos conduce a los ciudadanos a hacernos preguntas como las que expuse antes para la Cancillería en este escrito.
(Relacionado con el tema “¿Se avecina otro caso de impunidad en la Cancillería colombiana?”)
Aclaro también que no conozco y no tengo nada personal en contra del señor Jack Smith May. Pero si creo que como funcionario, con tan alta responsabilidad, debe ser más cauteloso y no tomar partido en las tareas que le corresponden.
¡Pilas Canciller Leyva y Presidente Petro con lo que ocurre en los Consulados! Ustedes son los responsables de que sus subalternos los hagan quedar mal y, por ende, hagan quedar mal a nuestro país.
Fernando Escobar Giraldo
Abogado, periodista, escritor, catedrático universitario,
conferencista internacional
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