En la mayoría de sistemas judiciales del mundo, cuando un ciudadano, sin importar su nacionalidad es condenado mediante una sentencia en firme por cualquier delito, le privan de sus derechos políticos, como el del sufragio, es decir, que no puede votar ni ser elegido para ningún cargo de elección popular. Aclarando que la privación de ese derecho es en el país donde se ejecuta la condena, es decir, en las elecciones políticas de ese determinado país, pues una autoridad judicial extranjera no puede privarle del mencionado derecho en su país de origen.
Eso con relación a los que han sido condenados bajo una sentencia en firme o ejecutoriada, pero qué pasa con los que están detenidos en proceso de juzgamiento pero que no se ha dictado condena alguna?
Tratando el tema exclusivamente de los colombianos detenidos en cárceles del exterior, tuvimos contacto directo con la Registraduría Nacional Colombiana, pero por competencia nos remitió al Ministerio de Relaciones Exteriores, quienes nos dice que:
“Los colombianos detenidos en el exterior, aun cuando no estén condenados, no pueden ejercer su derecho al voto, ya que los centros penitenciarios en donde se encuentran privados de la libertad por haber violado las normas del Estado extranjero, atentando contra la sociedad de ese país, no tienen dispuesta la organización para adelantar el proceso electoral de la población carcelaria extranjera. En general, en los centros penitenciarios se facilita el voto de los privados de libertad nacionales, es decir de los del respectivo país, en las condiciones propias de la legislación electoral nacional correspondiente”
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Según la Cancillería colombiana, la culpa inicial para que los colombianos detenidos en cárceles del exterior no puedan ejercer el derecho al voto en las elecciones de su país de origen, recae en la entidad penitenciaria del respectivo país de detención.
Pero agrega otra excusa la Cancillería, y es que “La gran mayoría de los colombianos privados de la libertad no cuentan con su documento de identidad, es decir la cédula de ciudadanía, documento que permite votar, ya sea porque la han perdido o porque se encuentra a disposición de la autoridad judicial que conoce del caso”
Y ahora entra la parte donde el Estado colombiano tendría que invertir algo de dinero para llevar a cabo ese proceso, y obviamente es una excusa más, al responder que “De otra parte, logísticamente no sería viable instalar mesas de votación en centros carcelarios, por más de ocho horas continuas, y difícilmente se tendrían jurados de votación que estuvieran en disposición de permanecer en un centro penitenciario ya que de acuerdo con la legislación electoral colombiana los jurados de votación deben ser colombianos entre 18 y 60 años”
Nos recuerda la Cancillería que “la Registraduría Nacional del Estado Civil es la entidad responsable de consolidar el censo electoral y en él se encuentran comprendidos los ciudadanos que se hayan registrado para las elecciones en la oficina consular del lugar en donde se encuentran residiendo”, dando por un hecho que quienes se encuentran detendios en las cárceles del exterior, para la fecha de las elecciones no han inscrito sus cédulas. Grave error, pues muchos ciudadanos, tal vez algunos entre los detenidos, han inscrito su C.C. en la respectiva sede consular desde hace varios años.
Agrega Cancillería que “Ese registro electoral del exterior le permite a la Registraduría Nacional del Estado Civil establecer los puestos de votación con el número de mesas según el potencial electoral de una determinada circunscripción electoral y poder enviar el material electoral de acuerdo con ese potencial”
Y para rematar, la excusa que ya no solo es viral sino típica en la institucionalidad colombiana desde hace casi dos años…”Culpa del COVID-19″, ya que esto fue lo que nos dijo también la Cancillería: “Lo anterior, sumado a la emergencia mundial por la pandemia del COVID-19 y las restricciones de movilidad que imponen los Estados, han prohibido el ingreso a los centros penitenciarios, como también se ha hecho en Colombia, a personas ajenas al establecimiento. En otros lugares se han limitado las visitas a los reclusos y los funcionarios consulares han podido asistir a los connacionales privados de la libertad a través de video llamadas autorizadas por los directores de esos establecimientos”
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No podemos aventurarnos a indicar un número de colombianos que a pesar de estar detenidos, con o sin sentencia ejecutoriada, quieran votar en las elecciones políticas colombianas, aunque creemos que serán muy pocos, pues si no nace hacerlo a quienes están en libertad mucho menos a ellos que están encerrados. Y mucho menos al enterarse de todas las trabas o excusas de nuestro Estado colombiano para poder darles cabida a ese derecho, para no privarlo de ellos. “Un derecho no es lo que nos deben dar, un derecho es lo que no nos deben quitar”.
Visto lo anterior, creemos que una fuerte gestión de quien Represente en el Congreso de nuestro país a los colombianos en el exterior, y a través de las vías deplomáticas, se pueden firmar Convenios especiales con las autoridades penitenciarias de países extranjeros, para que nuestros connacionales detenidos puedan ejercer sus derechos político-electorales que se llevan a cabo en Colombia, y más ahora que empieza la era virtual en nuestro país, al dar un gran paso hacia las votaciones vía virtual, creando recientemente la inscripción de Cédulas de Ciudadanía por ese medio tecnológico (Ver aquí), ya que ninguna sentencia u orden judicial lo prohibe.
Como ya vimos por las explicaciones que nos brinda el Ministerio de Relaciones Exteriores, los impedimentos especiales para ello son el costo logístico, alguna que otra normatividad carcelaria del país de la detención, y el COVID-19, y aunque el CORONAVIRUS ese desaparezca en algunos años, el costo que reviste llevar a cabo esa acción se convierte en un virus más fuerte para el Estado colombiano, pues en lo que respecta a las normativas de las autoridades penitenciarias extranjeras creemos que tendría solución coordinandolo con ellas; al menos con las de algunos países en donde nos unen muchos lazos, especialmente culturales e históricos.
Por ahora a esperar, pues difícilmente alguno de los actuales candidatos a Representante a la Cámara por los colombianos en el exterior para las eleciones a Congreso del próximo mes de marzo querrá meterle muela al asunto. Entendemos que no es nada fácil, pero tampoco imposible. Porqué no intentarlo? Quién se anima?
Esto deberían gestionarlo esos que en época electoral jurán que defenderán los derechos de los colombianos en el exterior, sin distinción alguna, pero no plasman en sus Programas temas puntuales y directos para la Diáspora?. O sea, bla bla bla, pero no tienen ni idea de lo que tienen que hacer para buscarle soluciones a la temática de esa población. Tan así es, que de los 22 candidatos a esa Curul, que se elegirá en el exterior entre el 07 y el 13 de marzo del presente año, tan solo 8 han dado a conocer públicamente sus programas electorales. Los otros dicen que los están organizando o reorganizando y que próximamente los darán a conocer. Que triste que un aspirante al Congreso no tenga claras sus propuestas electorales antes de su inscripción. Perdón, triste no, ¡vergonzoso!.
En un próximo artículo divulgaremos los perfiles y propuestas de los candidatos a Representante a la Cámara por los colombianos en el exterior, en las elecciones de marzo del presente. Esperemos poder ofrecérselas todas. Eso le dará a los electores una idea de lo que realmente saben sus candidatos sobre temas relacionados directamente con la Diáspora, y en general de la Política Migratoria Colombiana.
Atención ¡Peligro!, Congresista por los colombianos en el exterior buscará reelección
Señores(as) Candidatos(as), las puertas de esta Casa informativa, tal y como lo publicamos en nuestro artículo visible aquí, bajo las condiciones que allí describimos, están abiertas absolutamente para todos(as), sin importar partidos o ideologías políticas.
Por último y como reflexión: qué pensarán nuestros paisanos detenidos en cárceles del exterior sobre este tema?. En una charla con el Departamento editor de esta Casa, fuimos casi unánimes al responder…”Les importará un c…”
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